domingo, 9 de mayo de 2010


¿PREVENCIÓN EN SU PROPIA FAMILIA?

Existe algún estudio que intentó demostrar que la comunicación en familias con niños/as de entre 2-4 años con problemas en la adquisición del lenguaje tenía ciertas ventajas. Los autores de este estudio se basaron en investigaciones que señalaron que el retraso en la adquisición del lenguaje influye en el aprendizaje posterior de la lectoescritura. Se llegó a diseñar un programa de intervención en el contexto familiar para mejorar las habilidades comunicativas de estos niños. El programa se basó en el entrenamiento a padres para mejorar la interacción socioafectiva y lingüística, mediante una guía que recogía una serie de pautas y estrategias, para que de una manera concreta, práctica y amena, la familia pudiera participar y favorecer un entorno en el que el niño activara su evolución omunicativa en el ámbito expresivo. La práctica de estos autores ha permitido constatar que muchos de los niños que acuden a servicios educativos de refuerzo durante su etapa primaria ya que presentaban dificultades de aprendizaje de la lectura, presentaban una historia evolutiva de dificultades en la adquisición del lenguaje en la primera infancia (Tunmer, 1992). Por otra parte, es conocido que un ambiente alfabetizador familiar favorece el desarrollo de las habilidades verbales y enriquece el vocabulario y el interés por la lectura. Ante esta realidad y aprovechando el aumento de la implicación educativa de los padres ante los problemas escolares de sus hijos, planteamos la siguiente hipótesis:
  • Proporcionar estrategias psicolingüísticas sencillas y pautadas a los padres de niños lentos. Ésto estimulará la aparición del lenguaje y actuará como prevención de problemas de lectoescritura.
Son numerosos los modelos de intervención en esta línea, sobretodo destinados a niños con necesidades educativas especiales, retrasados a nivel cognitivo, motor o sensorial (María José del Río, 1997), y la característica común de estos programas es considerar la comunicación como el objetivo primordial de la intervención y la importancia de actuar en el contexto natural del niño. Siguiendo esta tendencia de intervención naturalista (María José del Río, 1997) los autores elaboraron un programa de apoyo para padres de niños con adquisición lenta del lenguaje, que si bien en principio no representan una complicación importante, su desfase puede dificultar futuros aprendizajes escolares por una falta de habilidades preparatorias. Con fines fundamentalmente preventivos y siguiendo el modelo de intervención en tres niveles de Monfort y Juárez (1996), diseñaron un programa de estimulación reforzada del lenguaje, con los siguientes objetivos: • Examinar y encaminar la calidad socioafectiva de la familia. • Mejorar las interacciones comunicativas. • Orientar a los padres faltos de información y conscientes del papel decisivo de sus acciones. Además, de forma reciente el Libro Blanco de la Atención Temprana ha señalado lo importante que resulta la participación activa de la familia en los programas de intervención temprana. Ésto es así ya que la proximidad al niño en los primeros años los convierte en privilegiados intermediarios de su evolución. El proceso de comunicación que se establece entre padre, madre e hijo no es unidireccional. No son sólo los padres los que influyen en el niño, sino que éste a su vez influye en ellos, demostrando la manera en que quiere ser tratado. La influencia psicológica entre padres y niño es por tanto recíproca, de ahí la importancia del equilibrio socioafectivo de la familia.
  • El niño que no recibe la atención que espera de sus padres no tiene suficientes oportunidades de comunicación.
  • Los estilos de educación dominantes no permiten a los niños expresar sus deseos y expectativas, pues es la opinión de los padres la que controla sus acciones.
  • Los estilos excesivamente perfeccionistas y críticos establecen fines poco realistas corrigiendo constantemente los errores.
  • Los padres sobreprotectores reducen la posibilidad del niño de enfrentarse a situaciones nuevas y enriquecer su aprendizaje.
  • La ocupación excesiva de los padres puede ser vivida como una falta de dedicación, que origine sentimientos de inseguridad.
Todas estas situaciones no favorecen la mejora cualitativa de la comunicación entendida en un sentido global. El niño debe sentirse escuchado, valorado y comprendido, para poder desarrollar sus habilidades comunicativas. Todo lo comentado hasta aquí me lleva a remarcar la siguiente frase: "TODO LLEVADO AL EXTREMO PUEDE RESULTAR NEGATIVO". Con ésto quiero expresar mi opinión de que una educación sobreprotectora o incluso un niño nada tenido en cuenta, con unos padres que no le prestan la suficiente atención, puede hacer que se presenten problemas de este tipo. Tampoco se está afirmando que si se sobreprotege a un niño, puede resultar en problemas de aprendizaje en la lectura o escritura, sino que es uno de los factores que puede propiciar este trastorno.

GRACIAS POR HABER LEIDO ESTA ENTRADA y nos vemos esta última semana de clase,

CARLOTA.

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